¿Cuáles son los objetivos
para mejorar el servicio y las instalaciones
del Hotel?
La directiva del hotel, al ver el proyecto
del Municipio de regeneración urbana,
como la construcción del Malecón
2000, decidió que era un buen momento
para invertir ya que ahora Guayaquil se
encuentra en una situación bastante
competitiva.
Nuestra idea es actualizar el hotel, modernizando
las diferentes áreas, con una inversión
de 2.2 MM USD. Seguiremos con ciertas actualizaciones
en cuanto a servicios para mantener nuestro
estándar en un buen servicio y lograr
triunfos.
La idea es tener un hotel para todo tipo
de ocasiones, muy cerca del mar, y en un
lugar que disfruta todo el año de
un cielo despejado. Estamos preparados para
un incremento de turistas y también
estamos promoviendo a través de paquetes
económicos para fines de semana a
mitad de precio incluyendo visitas a Guayaquil,
entre otras cosas.
El hotel tiene 170 habitaciones bien equipadas,
generalmente con su detalle de secador de
cabello y maquina de café. Además,
tiene full service con su restaurante de
lujo, cafetería 24 horas, buffet
desayuno y almuerzo, buffet de ensaladas
e interesantes menús tradicionales.
Como prestación adicional el hotel
está construido junto a la Catedral
es una sola manzana.
¿Cómo ha afectado este
proceso de renovación a su ocupación?
Hemos tenido la suerte de tener una planificación
minuciosa. El cambio de la cafetería
no afectó al hotel y lo mismo ocurrió
con el lobby. El hotel siguió funcionando
perfectamente sin ningún problema.
Existen áreas alternativas para dar
el mismo servicio. Esta semana ha terminado
la segunda fase y se ha pasado a la tercera
fase.
Nuestra ocupación se sitúa
entre 65 y 70% promedio en este año.
¿Cuál es su plan para
aumentar la ocupación y atraer a
mayor número de clientes?
Nosotros actuamos sobre la relación
de las compañías locales que
tienen una gran frecuencia de visitas del
exterior. Además existe un plan corporativo
internacional y nacional y contactos a través
del Internet. Tenemos a secretarias como
contactos, que tienen descuentos para ciertos
servicios.
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Existe también un sistema de telemarketing
a través de una alianza con una compañía
mexicana; escogen a diez muchachas de aquí
operadoras, las educan y comienzan a vender
una tarjeta llamada Prestige Card, que es
una tarjeta de consumo con descuentos en
general. El objetivo es llegar a vender
aproximadamente mil tarjetas al año.
¿Supone esta nueva tarjeta un
valor agregado al hotel?
Efectivamente. Estamos haciendo marketing.
Además se une también con
el prestigio del hotel. La gente la compra
desde hace ya seis años. Es muy interesante
y dinámico. El marketing mantiene
a nuestros clientes informados utilizando
la tecnología.
Con el aumento del número de
hoteles pertenecientes a cadenas internacionales
en la ciudad, la competencia se está
intensificando, ¿cuál son
las ventajas que ofrece su hotel?
Nosotros somos parte de una cadena internacional,
CJ Hotels. Es una pequeña cadena
de 5 hoteles localizados en Ecuador, Panamá
y Honduras. Contamos con una oficina en
Miami y quizás en el futuro tendremos
algún vinculo con otro tipo de cadenas.
Se puede hablar de un tipo de constancia
en los propósitos, paciencia, dinamismo,
espíritu emprendedor, que se ha puesto
en evidencia en este año para demostrar
nuestro liderazgo. Es el único hotel
con ban-flan piscina, cuenta con instalaciones
deportivas en la terraza, incuso el jardín
vertical con colibríes y pajaritos,
que es muy lindo y natural. Todo esto nos
diferencia.
Tenemos también un área de
banquetes, el centro de convenciones Grand
Hotel que consta de cuatro salones que se
pueden conectar para bodas, seminarios,
etc. Además, el hotel tiene uno de
los centros ejecutivos mejor equipados con
varias computadoras y acceso a Internet.
¿Qué pasos profesionales
ha dado para llegar a ser el gerente del
hotel?
Ha sido una larga relación con la
misma compañía. He manejado
el hotel en Panamá y en Honduras
e incluso el del Salvador. Luego estuve
tres años con el Sheraton en el Salvador.
En 1977 viene al Ecuador. El Grand Hotel
Guayaquil estaba recién abierto desde
hacía pocos meses. Me relacioné
con la familia Jacobson que estuvieron el
año 40 y fundaron el colegio Americano
y volvieron en el 76 y me llamaron para
manejar el hotel. He estado aquí
desde el nacimiento del hotel y no me he
aburrido un día.
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